Ya habia pasado dos meses desde la tragedia,pero en Alfred todavía había secuelas sobre los actos.
Hoy les decían el sexo del bebé,iba a ir sólamente ella,él,constantemente,miraba a su teléfono móvil por si recibía alguna llamada de Valenti,pero todos los días desde su última misión era la misma,ni un mensaje,ninguna llamada perdida,nada.
Danielle estaba a punto de salir por la puerta,su cara expresaba tristeza,tristeza al ver que su marido no le preguntara nada sobre su futuro primogénito,ni que tampoco le preguntara nada sobre su vida,pero ella quiso decirle algo:
-Alfred,¿de verdad no quieres venir conmigo?Ya sabes que dicen si es niño o niña y me gustaría que vinieras.Por lo menos,si no es importante para ti lo podrias hacer por mi.
Aún así,la habitación seguía callada,pero ella prosiguió:
-Soy tonta por creer que no habías cambiado en estos dos últimos meses,y soy tonta por tener un hijo con un padre como tú.
Él reaccionó,pero no ha tiempo;Danielle ya había cerrado la puerta de golpe.
Se levanó y le dio un golpe al cristal de la ventana,viendo cómo se iba su mujer rápidamente con su coche pero su cilindrada era lenta y dolorosa para él.Después él exclamó:
-Maldito el que me obligó a correr este riesgo y seguir el camino que estoy siguiendo.Maldito yo por disfrutar de algo malvado y cruel como es asesinar a un indefenso hombre y por estar los últimos dos meses pasando las noches en vela,¿para qué? Para no recibir una simple llamada para matar a otra persona.Y todo esto por un kilo de billetes,que,al final,sólo es dinero.
Pensó que lamentarse no iba a solucionar las cosas,pero tenía que elejir.No estaba seguro de lo que iba a hacer,sólo cogió las llaves de su moto para emprender el viaje decisivo.
-Perdóname cariño...
Penso para sí,porque sabía que la decisión que había tomado era beneficiosa para los tres pero,a la vez,perjudicial para todos.
Iba de camino hacia el escondite de Valenti para ofrecerle sus servicios.Llevaba consigo una mochila con todo lo necesario y,sobre todo,su muestra de identidad,su máscara.Una vez que había llegado abrió la gran puerta que comunicaba el pasillo con el exterior,pero sólo encontró a Valenti sentado en su gran trono de mafioso superior mientras fumaba un puro venido diréctamente de La Habana.
-Qué gran sorpresa,aquí esta Alfred.
-Llámeme Caín.
-Parece que vienes estresado,¿qué es lo que te ha traído hasta aquí?
-Desde que maté a Peter siento un sentimiento inexplicable.Sé que lo que hice está mal,pero tengo ansias de dolor,de sangre y de muerte...
-Es lo que nos pasa a todos la primera vez,no te sientas incomprendido,éste es tu sitio,además,sabía que tarde o temprano volverías y te he reservado un caso que sólo puedes hacer tú.
Sacó una carpeta roja de debajo de la mesa,que Alfred cogió sin pensarlo.
-Aquí tienes a tu próxima víctima...April Murray
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