JUEVES, 21:53
Los matones de Valenti le retorcieron el brazo colocándolo detrás de su espalda y fue dirigido hasta el coche, un Mercedes, coche todoterreno, serie G. A el siempre le había gustado El Padrino y se imaginaba a personas ricas, anillos que ocuparían todo su dedo, limusinas, para acortar, LUJO. Detrás de esas gafas opacas se encontraba gente con cicatrices y huellas que el pasado le había marcado, nada de lo que pensaba.
El miraba por la ventanilla trasera del coche, pensando el por qué de lo sucedido:
-Mi familia necesitaba dinero, no soy un hombre de la calle, tengo una mujer, un trabajo, una posible reputación, y en un futuro próximo seré padre. Era eso o hundirnos, pero todavía dudo si hice lo correcto. Tenía tantas opciones, buscar un segundo trabajo, pedir dinero a gente que todavía me debe….Pero me hice el chulo y ahora estoy aquí, sentado entre dos matones de la mafia.
Mientras recapacitaba, le durmieron con cloroformo, no debía saber donde iba, donde estaba el escondite.
VIERNES, 00:27
Aún dormido, le sacaron del coche y le llevaron a un edificio ‘abandonado’ a las afueras de la ciudad. Su sitio de tortura era ese. Pero todos sabían que Alfred era demasiado valioso para desperdiciarlo, tenia carácter, muchos contactos, era un hombre perfecto para su misión.
Al entrar había un gran pasillo hacia una puerta descomunal y jaulas a los laterales. Se podía ver que les hacían y a quien, pero para qué saber quién si aquella seria su ultima noche.
Dieron a un botón, la entrada se abrió dejando ver una maravillosa sala decorada con grandes cortinas color rojo sangre, Valenti se sentó en una silla situada en el medio de la habitación.
-Alfred, mi buen amigo Alfred -dijo con todo sarcástico-, tú pediste dinero, yo te lo di. Ahora quiero la parte que me corresponde y me encuentro con que no tienes dinero. Has cometido un gran error…
-Os daré el dinero si me dejáis más tiempo, por favor.
-No hay tiempo Alfred-grito mientras daba un puñetazo a la mesa-.Creía que me respetabas.
-Y te sigo respetando pero…
-¡No hay pero que valga! Quiero el dinero y lo quiero ¡ya!
-No me matéis, mi mujer tiene un bebe en camino, no querréis que deje a una pobre mujer preñada y vuelva al día siguiente con las manos vacías, o sin vida mejor dicho.
Valenti solo inició esa conversación para que Alfred no sospechara que todo eso era un plan, que sabían desde el principio que haría y diría lo mismo que ha hecho y dicho.
-Cambiadle de ropa, este hombre no esta presentable, lleváoslo-ordeno mientras señalaba a la puerta-.
Uno de sus consejeros se acerco a Valenti y le dijo:
-¿Qué pensáis hacer con ese hombre?
-Ya veras, ya veras…
FINAL DEL SEGUNDO CAPÍTULO