Danielle no podía contener su rabia,no sabía nada de Alfred desde hace un par de días.Lo último que recuerda de él son sus largas discusiones y sus caras de rabia.Nunca había visto nada así.Sus ojos parecían escapar de sus órbitas cada vez que intentaba hablar con él,pero ella todavía sentía algo especial por él.
Ojalá pudiera volver al pasado.Echaba de menos sus primeros besos,sus citas en el cine o en el parque,la pedida de mano y su esperada boda,sin olvidarse de la noche de bodas donde todo fue especial,justo lo que ella presentía.El hombre que le hace la vida imposible y que le llena el cuerpo de cardenales y señales era el mismo y no se podía creer cuánto había cambiado.
Algo había sucedido,lo tenía que saber,es su obligación como esposa y como madre.Aún se sentía culpable por el encuentro con aquel desconocido en un bar de carretera.Iba a luchar por el futuro de su hijo.
En ése momento sonó el teléfono,era un número desconocido.No quería cogerlo,ya ha tenido bastantes experiencias con graciosillos que se lo pasan bien haciendo bromas a la gente,malditos niñatos.Dejó de sonar pero en su lugar dejó un mensaje:
-Alfred,soy yo,Valenti,¿dónde estás maldito gilipollas? Creía que eras de fiar,te habías unido a la familia,¿recuerdas? Ahora sé que eres un tío cualquiera,podías ser bueno,Caín,pero parece que eres demasiado cobarde para este mundo,que no se te ocurra volver a pisar la guarida,te tengo vigilado...
¿Valenti? ¿Unirse a la familia? ¿CAÍN? Demasiado cobarde para qué mundo.
Ahora lo recuerda todo.
Esas caras mientras veía las noticias,todos los días que se ha pasado fuera sin avisar,tantos secretos...Ha estado conviviendo con uno de los asesinos más peligrosos que hay actualmente,compartía vida con Caín.
Su cara cambió de color a un rosa pálido,podía haberla matado,podía haber acabado con su vida en un segundo pero prefirió ser cobarde y pegarle,normal que no esté preparado para ese mundo,que todavía no conocía.
Quiso llamar a la policía pero colgó rápidamente,sabía que era un error,es el padre de lo que sería su descendencia.Estaba en shock.
Quiere verle,necesita saber el por qué de toda esta historia,pero seguro que no le cogería el móvil y, mucho menos, decirle dónde está. Sabe donde encontrar todas las respuestas. Y el origen de todos sus problemas y sus soluciones era Valenti.
No tardó en llamarle y se encontró con una voz grave que le contestaría:
-Hola Caín,si es que me digno a llamarte así,seguro que has oído mi mensaje.Aplícate al cuento y no vuelvas.
-No,no soy Alfred,o Caín como usted le conoce. Me llamo Danielle,soy su mujer,he oído yo su recado y me he enterado de todo.Por favor,no me maten,estoy embarazada y...
-Danielle,no te preocupes,conozco tu situación,Alfred me lo ha contado. Sé que estáis pasando por un mal momento y siento que te hayan enterado en estas cincustancias.
-Gracias por su comprensión. A juzgar por el mensaje no sabe dónde está, ¿verdad?
-Desgraciadamente no,ni quiero,pero la podemos ayudar. Tengo un equipo que la ayudará con eso,sabiendo que la puedo llamar a este número te informaremos del paradero de tu marido. No tardaremos mucho,a lo mejor un par de días. Espero que no sea demasiado tarde.
-¿Tarde para qué?
-Tarde para matar. Es un hombre muy peligroso y puede hacer cualquier cosa,no tiene miedo,es una máquina de destrucción humana.
-Gracias Valenti,le agradezco lo que está haciendo por mi.
-No se preocupe,estaremos en contacto.