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miércoles, 26 de mayo de 2010

CAPÍTULO 6:AL BORDE DEL ASESINATO

Todavía no había sonado el despertador, eran las 5 de la mañana casi en punto y el teléfono de Alfred había sonado, era un mensaje de Valenti, donde decía que quedarían en dos horas en el escondite para darle todos los detalles. Perezosamente, se levantó, acarició la tripa de su mujer, hizo una bolsa con lo indispensable y se puso en camino.
Normal que lo llamara a esas horas, se tardaba en llegar más de dos horas.
Entre que había madrugado más de lo normal y el viaje para él se hacía más y más largo, se chocó contra una farola.

Alfred no podía creer lo que ocurría: le hacen levantarse a las 5 de la mañana, el viaje no es fácil, se estrella contra una farola y, lo peor, en unas horas habría matado a alguien.De inmediato, llamó a Valenti:

-Valenti, he tenido un accidente con el coche, no se si llegaré, he hecho lo que he podido, por favor-dijo medio llorando-, no me mates.

-Cálmate muchacho, ¿dónde te encuentras?-preguntó Valenti.

-En la mediana de la autovía.-

-Está bien, voy en camino.-

Al decir esas palabras, empezó a soplar un fuerte viento, no sabía que pasaba, estaba asustado. Pero vio un destello, era de un helicóptero, que se interponía entre los rayos de sol.

Era él, era Valenti.

Mientras descendía poco a poco, Alfred se iba alejando para dejarle sitio. Se abrieron las puertas, descendió una escalera, tipo películas de espías. Se aseguró bien la mochila, la máscara era de hierro puro, le pesaba demasiado. Subía con miedo y sin mirar abajo, tenía un vértigo horrible pero no podía cortarse ante la mafia porque podría acabar mal. Llegó y dejó la mochila en el suelo, vio a Valenti tomando Vodka, parecía tranquilo, se notaba que estaba acostumbrado a esto. Alfred pensó:

-Para él, matar es como levantarse cada mañana, o fumarse un cigarro por la tarde mientras tomas algo con tus amigos, para él matar es normal, quitarle la vida a alguien porque sí no es normal. Yo estoy temblando, no quiero ser un asesino, la vida me obliga a ser un asesino para seguir adelante. Nunca me imagine de pequeño que con 31 años, una mujer embarazada y muchos amigos con quien puedo confiar. Pero nunca nadie debe saber esto, por mi bien y por el suyo.

Valenti dio la bienvenida a Alfred,se sentó a su lado y empezó a darle los datos:

-Bien, Alfred-sacó de su maleta un historial-,aquí tienes todos los Datos de a quién tienes que matar.

Alfred no la quería aceptar, pero se tragó las excusas y la agarró de forma decidida.

-Se llama Peter Doyle,trabaja de profesor de matemáticas en la universidad de Arizona.Espero que te hayas traido el material que te dije.
-Si,traigo la máscara y el hacha,¿puedo hacerle una pregunta?¿Por qué le tengo que matar?

-Es una larga historia, todas son largas historias, yo nunca he mandado matar a alguien inocente, no es justo. Algún día te contare por qué mataste a las personas que matarás.

"Matarás". A Valenti se le acababa de escapar algo tan importante como eso. O alomejor era a posta, lo que era seguro era que iba a seguir matando...

Ya habían llegado a Arizona, donde se concentraban las mejores universidades, y, con ellas, los mejores matemáticos del mundo, el lugar perfecto para que hablen y darle la fama que se merece. Aterrizaron en la azotea de un hotel, donde Peter se hospedaba. Valenti se giró hacia Alfred y le dijo unas palabras de aliento:

-Este momento no será fácil para ti, porque sé que se pasa mal, yo también he tenido una primera vez en este mundillo. Oculta tu rostro con la máscara, así te sentirás mas seguro. Yo te esperaré donde te dije que fueras y allí nos veremos-Valenti escondió su mano en el bolsillo para darle una pistola a Alfred-. A mi me hicieron matar a un pobre indefenso, pero quiero que tu mates por una causa justa. A partir de ahora dejas de ser Alfred, yo te bautizo con el nombre de Caín, matarás a tus similares sin miedo a lo que piensen de ti.

Valenti apoyó su mano en el hombro del actual Caín y éste se puso la máscara.

2 horas después, el recepcionista fue a buscar a Peter, llegaba tarde a su conferencia.

-Señor Doyle, debe bajar al salón le están esperando.

En vez de encontrarse con él pudo ver una carta con una rosa negra,que ponía:

YO SOY CAÍN, PRONTO TE VERÁS CONMIGO EN EL INFIERNO…

Final del capítulo 6!