Sentimos de veras la tardanza. Aquí tenéis el capítulo.
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Cain llevaba dos semanas en su guarida. Las prensa no había dado demasiado bombo al tema del asesinato, Cain suponía que había sido cosa del hospital, para que no se cuestionase la seguridad de este. Había quemado la casa. No quería mas recuerdos. Llamó a Valenti, hacía mucho tiempo que no le veía, y quería hablar con él.
Fue a su oficina. Estaba vacía, parecía que se habían mudado de nuevo. Volvió a la guarida y se dio cuenta de que el aparato de los mensajes tenía un 1 rojo. Pulso al botón azul:
-Tiene un mensaje-
-Cain, soy yo, Valenti. Hace mucho que no hablamos. Quiero recuperar a mi mejor asesino. Contestame y mandaré dos coches para que te lleven a mi nueva guarida.
-Fin del mensaje. No hay mas mensajes. Pulse 1 para responder con un mensaje, pulse 2 para oir de nuevo el mensaje, pulse 3 para llamar al emisor del mensaje, pulse... Llamando...-
-Hola, Alfred, me alegro de que me llames.
-Hola, Valenti. Me has desconcertado en tu mensaje.
-¿Desconcertado? ¿En qué?
-Bueno, te enfadaste mucho cuando mate por mi cuenta, y ahora quieres recuperar a tu mejor asesino. ¿A qué te refieres...
-Tu no te preocupes, ahora mismo mando los coches hacia tu guarida.
-Vale, nos vemos
-Hasta ahora, viejo amigo
-Ah, por cierto, Valenti, llámame Cain, no Alfred.
-Está bien, ya he mandado los coches. Adiós Cain.
-Adiós.
Una hora mas tarde, Cain ya estaba en la guarida.
-Hola, Cain, siéntate.
-Hola.
-Mira, me enfadé mucho cuando mataste sin mi permiso. Es que eres un caso muy especial. Muchas veces hago que hombres normales y corrientes, como eras tú, maten, pero nunca quieren más. Tú sí. Tú quisiste matar, y un día, por tu cuenta. No estoy dispuesto a perderte, asique quiero hacer un trato.
-¿Qué clase de trato?
-Me imagino que querrás seguir matando a gente, sin nada que ver con la mafia. Asique te propongo que, cuando quieras matar por tu cuenta, nosotros te ayudaremos a preparar asesinatos. Serán asesinatos genialmente planeados, terroríficos, sanguinarios y emotivos, muy emotivos. Será la época dorada de Cain. Mientras tanto, yo te pediré pequeños encargos de la mafia, como antes. ¿Qué dices, aceptas?
Cain se lo penso detenidamente. Consideraba el asesinato como un arte. El "Arte de Matar". Y detrás de cada artista siempre hay un equipo que le aconseja. Eso pretendía ser Vlenti, su equipo.
-Está bien. Pero ahora tengo ideado un asesinato. Algo nuevo.
-¿De qué se trata, Cain?
-Quiero hacer un asesinato múltiple. Quiero que sea a la salida de la última sesión del cine. Que salgan de una película de miedo. Al salir quiero que...
Doce días después. 1:30 a.m.
Cain veía desde su escondite como la gente salía y comentaba la película.
-Vaya mierda de película. Eso no daba miedo.- dijo uno.
En total había diez personas. Tres parejas, un freak y tres personas del servicio. No había nadie mas en ese centro comercial. Cain se había ocupado de matar a las personas del servicio. En cuanto salieron, Cain apagó las luces y pulsó el botón de aquel mando y una de las personas del servicio muertas, calló del techo y se quedó suspendido en el aire. Estaba atado por una soga al cuello y tenía su mascara de hierro. La máscara tenía el agujero de la boca circular y había un altavoz. Por ahí hablaría Cain.
-Hola, chicos. Soy Cain, y hoy vais a morir.
La gente se precipitó hacia la puerta.
-No, no os preocupéis de salir. Todo está cerrado. Ahora vais a sentaros todos en círculo. Muy bien, así. Ahora voy a elegir al primer muerto. Serás tú, el pelirrojo. ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Ronald, señor.
-Muy bien, Ronald. Ponte depie contra la pared roja.
El chico se puso contra la pared y cuatro cuchillos salieron de la pared de enfrente y se clavaron en el delgado cuerpo del chico. En cuanto el chico murió, el cadáver colgado en el techo, por el que Cain hablaba, empezó a soltar sangre por los ojos.
-Bien, chicos, Ronald se ha ido. Ahora elegiré a los siguientes. Vosotros, la pareja de la izquierda. Muy bien, levantáos.
Uno de los bares encendió sus luces. Su letrero había cambiado, y ponía con sangre "CAIN'S"
-Entrad ahí.
La pareja dio un grito. En la barra, uno de los del servicio tenía en sus manos cordeles, como si fuese una marioneta.
-Muy bien, el camarero os va a dar algo. Pero antes, debo decir que hay una muerte lenta y otra larga. ¿Cuál prefiere cada uno?
-Yo me quedaré la larga.- dijo el chico- No pienso permitir que sufras.
-Muy bien, ahora coge lo que el camarero te de.
El camarero sostenía en su mano un cuchillo.
-Ya tienes el cuchillo, ahora clávaselo a tu amada en el pecho.
-¡No pienso hacer eso! Que lo haga ella, yo no puedo.
-No, lo siento, pero has escogido la muerte lenta, asique o la matas ahora mismo, o tendréis los dos la muerte más dolorosa que puedas imaginar.
-Cariño, hazlo- dijo la mujer- prefiero que me mates tú que ese monstruo.
El hombre clavó el cuchillo en el pecho de la mujer. Al caer la mujer al suelo, el hombre se puso de rodillas y rezó.
-Deja de rezar. Dios nunca está ahí cuando le necesitas. ¿Crees que rezar te salvará? No, no lo hará. Porque el verdadero Dios es el demonio.
En cuanto pronunció la palabra demonio, el hombre calló por una trampilla. La trampilla se cerró y se llenó de un gas tóxico.
-Ahora ese gas te matará léntamente. Nos veremos en el infierno.
El cadáver del techo volvió a hechar sangre.
-Muy bien, elijamos al siguiente. Pinto pinto, gorgorito, le ha tocado a este pollito. Muy bien, la paareja de la derecha. Ponéos de pie.
El ascensor se abrió. Dentro estaba el último chico del servicio. Estaba sentado en el suelo del ascensor y tenía una sonrisa tenebrosa.
-Meteos en el ascensor. He cortado los cables, y aunque solo haya seis pisos abajo, dos del centro comercial y cuatro sótanos, son bastantes para aplastaros como hormigas.
Se metieron en el ascensor.
-Muy bien chicos, me encanta como estais cooperando todos. Ahora, ¿estáis listos para ir al infierno? Entonces, adiós.
El ascensor se cerró y se oyeron sus gritos y como se caía al piso de abajo. El muñeco volvió a soltar sangre.
-Muy bien, sois los últimos.
El chico estaba tiritando.
-¡Eh! ¿No eras tú el que decía que la peli había sido una mierda? ¿Esto es una mierda? ¿Tampoco te da miedo esto?
-¿Por qué haces esto?- preguntó la chica.
-¿Esto? Esto es mi arte, y yo soy un artista. ¿Le preguntarías a Da Vinci por qué hacía sus cuadros e inventos? Ahora os toca a vosotros. Sois parte de mi arte, de mi obra maestra, de mi espectáculo.
El chico lloraba.
-¡Deja de llorar, gallina! Ahora levantáos. No se si lo sabeis, pero todo este asesinato ha sido grabado. Vamos a dejar una cinta con todo el aseinato. Ahora quiero que os pongais delante de la pared de los cuchillos, donde hay una cámara, y leáis esto.
Calló un trozo de papel del cadáver del techo. Se pusieron delante. Les temblaba la voz y las manos.
-La única forma- leyeron- de pillar a Cain, es en el infierno.
En cuanto dijeron "Infierno", dos cuchillos salieron precipitados hacia sus cabezas.
Cain pulsó un botón y paró todas las camaras. Valenti y sus secuaces salieron de sus escondites.
-Bravo- le dijo Valenti a Cain.
-Tengo un gran maestro.
Los secuaces cogieron los cadáveres y los colocaron de forma que pusiesen la palabra "Cain".
Cain sacó una cámara y grabó a los cadáveres que formaban la palabra "Cain". Sin sacarse, pronuncio lo siguiente: "Buscadme en el infierno, si os atrevéis." Metieron todas las grabaciones en un portátil, lo juntaron todo y dejaron el DVD en el suelo, formando el punto de la "i". Y se fueron.
FIN